Aprendiendo a aceptar... los gajes del oficio.

Hoy tengo muchas ganas de escribir, no es que tenga tiempo de sobra, sino que hoy me han dado vuelta dos situaciones por la cabeza y no las he podido parar y sé que no pararán hasta que lo plasme en algún lugar y qué mejor que hacerlo aquí, en mi espacio.

He estado pensando en dos cosas pero solo hablaré de una: "La escuela", "la maestra", "el preescolar", "los padres", "el pago", "la planeación", "el diario", "la ruta de mejora escolar", "la estrategia global", "la SEP", "la innovación"... sí dije que era una pero que engloba todo eso: LA DOCENCIA. Tan solo imaginen mi mente con TODO lo anterior revoloteando. 


No sé por donde empezar, pero creo que será conveniente iniciar con mi llegada a una comunidad, donde comienza la infamia. -Sí es una palabra exagerada tal vez, pero así soy yo de intensa, ¡ja!- 

Todo comienza cuando resulto ser IDÓNEA, ¡qué irónico!, idónea para un sistema reprobado mundialmente :), total; resulto ser idónea, resulto “ganarme” una plaza, pasan tantas cosas, tanto papeleo, tanto trámite y de pronto estoy ahí, parada en medio de un auditorio, frente a una proyección con los posibles lugares a los que podría elegir para comenzar mi nueva aventura. Lugares que jamás había visto en el mapa, lugares que probablemente conocía y otros que sí había llegado a visitar. Elegí el que más me agradaba, tuve la suerte de haber tenido buenas opciones. Acto seguido, me dan la noticia de que me tengo que presentar al día siguiente, sí así de extremos e intensos como yo… por suerte no estuvo un papel listo y tuve un día para hacer mis cosas, dar la noticia a mi amada madre y hermanas -mí padre estaba ahí a mi ladito-, tuve un día más para ir a hacer más papeleo, tuve un día más para empacar, guardar mis cosas y salir de mi hogar con todo lo necesario para vivir fuera de ahí, fuera de mi ciudad, fuera de mi zona de confort. Recuerdo bien ese día, de tanto que sentía, no me era posible percibir emoción alguna.

Me levanté muy temprano para emprender el viaje a mi nuevo destino, a mi nueva casa, a mi nuevo jardín de niños. Al llegar había una tormenta, el alumnado no asistió y fue así como conocí a tres docentes que desde el primer instante se portaron muy amables y me recibieron con los brazos abiertos. Todo iba bien, estaba emocionada aún por la nueva aventura, estaba ansiosa por probarme que era capaz de valerme por mí misma, de conocer a mis nuevos alumnos, de ver sus caritas y aprenderme sus nombres tan rápido como me fuese posible. 

Y hoy un mes y medio después puedo decir que todo va ¡BIEN! :), bien con mis alumnos, bien con mi aula, bien con mi maravillosa familia, bien conmigo misma, uno que otro detalle pero que no sería prudente de mi parte exponerlo aquí. En fin, estoy trabajando, luchando conmigo misma como siempre pero hay situaciones que me molestan y que no nada más tiene que ver conmigo. 

Me he dado cuenta del “por qué” las educadoras invierten el menor tiempo posible a planear, a investigar, a empaparse de lo que tratarán con sus alumnos, por que no escuchan a sus alumnos, por que no se detienen a verles a los ojos: LA CARGA ADMINISTRATIVA. Sí, es DEMASIADA, en EXCESO, mucho papel, poca eficiencia. Una ruta de mejora escolar que no se hace sola, sino en conjunto pero como es bien sabido solo terminan haciéndola quienes realmente lo toman en serio, el Consejo Técnico Escolar se convierte en un mar de lágrimas, un confesionario, un desayunador, TODO menos lo que en esencia es. Pero sinceramente creo que ni todo el año, ni dos, ni tres, ni cuatro años implementando una Ruta de Mejora Escolar podrá lograr que aumente la calidad educativa,  NO. Porque mientras no existan docentes conscientes verdaderamente de su práctica, difícilmente van a ser capaces de ver lo que falla en su entorno, en su cetro de trabajo. He tenido la oportunidad de estar en diversas escuelas con diferentes colectivos y todas ven todo este cuento como mero papeleo y trámite. Y quiero puntualizar que no es que yo crea o piense que esté mal la implementación de éstas acciones ni mucho menos, NO. Sino que creo fervientemente que mientras se vea como mero trámite, mientras las guías no estén bien hechas y mientras las supervisiones no tengan parámetros o indicadores estandarizados, la Ruta de Mejora Escolar será y seguirá siendo, un tedio total. ¿Que si mejora la escuela?, claro que sí. Pero no mejora la práctica, de que diablos me sirve a mí, poner relojes en las aulas como parte de la Estrategia Global sí cuando me tocó la guardia, al dar el timbre a las 11:30 a.m. (porque yo sí tengo mucho que hacer dentro del aula), una docente me reclama que la agarré con el taco en la boca… ahí es donde yo me quedo de: “WHUUUUT*?”, no entiendo, ¿esta prohibido hacer las cosas como son?, que alguien me avise mínimo. O qué tan conveniente es que yo me esmere en aprovechar el tiempo durante los Consejos sí seré la odiosa, o la matada o que se yo… y no me da miedo ser etiquetada ni mucho menos sino que para mí no cabe la pérdida del tiempo y siempre me encuentro en ese dilema, entre “cotorrear o trabajar” y no es que no haga lo primero, sino que siento que sí yo trato de enseñarles a los alumnos que para todo hay momentos, creo que lo mínimo que puedo hacer es implementarlo en mi vida también. 

Respeto mucho el trabajo de mis compañeras, sin embargo me he topado mucho con aquello de “vienes con todas las energías porque vas saliendo”, lastimosamente puedo afirmar que sí, que me he preguntado sobre lo que haré cuando mi profesión ya no me apasione, cuando ya no me den ganas de hacer y deshacer con mis alumnos, cuando ya no pueda reír de ellos, cuando la edad haga su parte, ¡pero ya me preparé!, tengo bibliografía lista para inspirarme y recuperar el centro. Y por eso lo escribo aquí, a manera de decreto, para recordármelo y exigírmelo dentro de treinta, cuarenta años. 

Después de una semana de estar hasta el “queque*” de evaluaciones, de productos para el CTE, de niños para el Sistema de Alerta Temprana, de diario, de planeación, de dejar lo ultimo de lado y darle prioridad a lo administrativo me di cuenta de que NO. Mi compromiso es con mis alumnos, con su niñez y formar parte importante de ella, no es con la SEP, no es con la directora, no es con el colectivo, no es con nadie más que con ellos y sus familias, no será así mientras la SEP no se comprometa con nosotros, mientras la directora deje de lado su liderazgo y dé paso al amiguismo* dentro del plantel, mientras al colectivo le importe poco la mejora de su práctica y le importe más armar un buen diagnóstico para que sea aprobado por las ATP’s, sin voltear a verse así mismas y lo que hacen o dejan de hacer en el aula. Esto no quiere decir que dejaré de hacer el papeleo y esas cosas sin sentido porque pues no se puede, pero no será más mi prioridad. 
Cómo poder comprometerme con una Secretaría que no te facilita las condiciones para mejorar tu desempeño, empezando por lo económico, no me gusta ese sentimiento de sentir que le vales a tu “patrón”, de sentir que le importa poco que no puedas o no tengas para irte lejos de casa sin pago, me molesta que todos asuman que es así y no hay más que hacer, que al contrario, que te sientas bien por ser parte de… ni que me estuvieran haciendo un favor. Es mi carrera y la desempeño con el mayor de los gustos, pero si me preguntan y si pudiera cambiaría de jefe. O, ¿es que acaso solo yo sueño con algo que parece ser una utopía?, ¿con sentirme respetada y valorada dentro de mi trabajo?, y no por mero reconocimiento sino teniendo más y mejores elementos para mejorar continuamente la práctica. ¿ES ACASO ESO?
No lo sé y no lo descubriré, somos tan diferentes y cada quien tiene sus parámetros… pero yo sí sueño con que la SEP sea una “empresa” tipo google, donde dé importancia a su trabajador, no viéndolo como un simple robot que va y se para enfrente de una plenaria de niños donde su mayor aspiración sea una dirección o una supervisión, seguido de hacer un diario con un simple formato sin respetar lo que es el diario del profesor en esencia, que la tarea más importante sea acomodar expedientes, engrapar el acta de nacimiento, la CURP, etcétera.

No quiero sentirme toda mi vida así, explotada, cansada, enfadada de tanta carga de trabajo, no quiero sentirme afortunada nada más por ser parte de un gremio “privilegiado”, donde tienes muchas prestaciones y acceso a muchos préstamos por medio del mentado sindicato. No quiero estar en el dilema de invertir tiempo a mi familia o hacer bien mi trabajo, porque la labor docente requiere de mucho tiempo, y tiempo extra en papeleo y cosas sin sentido. 

Sí sueño con estar en un equipo donde entiendan que el desayuno no es parte de la jornada laboral, que la “chorcha” se puede disfrutar en un café vespertino y no en horas de trabajo, que sean conscientes del papel que conforman en la vida de un niño, que recuerden siempre porque eligieron ser maestras. Sí sueño con ser parte de un sistema que toma acciones para mejorar, desde la formación docente hasta la calidad educativa en la educación básica, quiero tener la certeza de que el perfil de egreso no es letra muerta, quiero tener compañeros que hagan posgrados de manera consciente y no por alardear… Quiero ser parte del diseño del currículo, quiero codearme* con profesionales de la educación, quiero que el mismo sistema se preocupe por la innovación, quiero aulas dignas en todo el país, quiero TODO. 


No siento ser la mejor ni siquiera me siento cerca de estarlo, simplemente creo que cuando las cosas se hacen bien y con mucho amor dan resultados por sí solitas. En algún momento de mi vida me enfrasqué en una acalorada discusión con una de mis maestras favoritas de la normal, me decía que buscara mi motivación intrínseca, que no me afectara que la normal no diera el ancho y no se comprometiera con sus estudiantes, yo le preguntaba que si ella no se sentía como atada de manos al ver que no tenia un buen equipo de trabajo… ella me decía que le bastaba con lo que ella hacía y yo le alegaba que sí, que eso era muy bueno pero le cuestionaba que sí estaba consciente de que su desempeño daría más y mayores frutos con un buen líder y un mejor colectivo docente… no sé si peco de exigente o de “outsider” o de “chaira” o de idealista, no sé… solo sé que hay mucho por hacer y me ahoga la tristeza cuando veo que quienes pueden hacer algo por ser empoderados*, no lo hacen… cuando he sido testigo de tanta gente que da lo mejor de sí misma pero que su trabajo jamás tendrá el impacto que merece porque no hay quien siga la misma linea. 

Comentarios

  1. Impresionante manera de plasmar tus pensamientos en linea. Se ve que eres una chica muy apasionada con tu trabajo y fiel a tus ideales. Creo que eres una chica muy dedicada y especial con tu labor. Espero nunca dejes de perseguir esos ideales y seas una más de ese montón de parásitos webones que te rodean, no dejes que el sistema te contamine, sigue tu pasión y se fiel a tus metas, es un camino duro y a veces tendras que ir contra la corriente, pero nunca te rindas. Creó que la reconpenza sera mucho mejor cuando te sientas realizada en ese punto.

    Saludos maestra Lulu desde puerto Vallarta :)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario